Los estanques y lagos se caracterizan sobre todo por el agua quieta (estancada). En estas aguas puede haber un crecimiento indeseable de algas.
Este crecimiento puede causar malos olores, aspecto turbio y poco atractivo del agua e incluso podría suponer un riesgo sanitario para seres humanos y animales. La limpieza de estanques con productos químicos es muy poco recomendable, ya que puede dañar el delicado ecosistema del estanque o laguna.